Fue una convocatoria dirigida a jóvenes directores del mundo que estén cursando carreras universitarias. El evento online, organizado por el Instituto Estatal de Teatro de Ekterimburgo (Rusia), se desarrolló entre el 21 y 27 de septiembre. Los seleccionados de la UNT fueron Juan Pablo Sosa y José Padilla, con quienes dialogamos.
Entre el 21 y el 27 de septiembre pasado, se desarrolló el Cuarto Laboratorio de Teatro para Estudiantes Internacionales “Instadrama”, evento realizado por primera vez en modalidad virtual y organizado por el Instituto Estatal de Teatro de Ekterimburgo, que es una de las mejores universidades teatrales de Rusia.
InstaDrama es una convocatoria dirigida a jóvenes directores que estén cursando carreras universitarias en cualquier lugar del mundo. Los estudiantes debían presentar proyectos propios para poder dirigir una obra breve de comienzos del Siglo XX. De los ocho directores seleccionados, seis son de diferentes partes del mundo, y dos tucumanos, estudiantes de la Licenciatura en Teatro de la Facultad de Artes de la UNT: Juan Pablo Sosa y José Padilla, con quienes Medios UNT tuvo la oportunidad de dialogar.
Sosa indicó: ‘’Fue una gran sorpresa haber sido seleccionado en el IV Laboratorio Internacional InstaDrama. Nunca hubiese imaginado dirigir de forma virtual a personas que estén a más de 14.000 km de distancia. Acceder a esta oportunidad. dentro de esta coyuntura que estamos viviendo a raíz del covid-19, fue sin lugar a dudas un privilegio muy particular. Al principio sentí muchos nervios, ya que la experiencia significaba una constante búsqueda de estrategias para generar un vínculo con estudiantes actores que no conocía, que hablaban otro idioma y que tenían otro bagaje de conocimientos, muy distintos al mío. Fue una semana muy intensa en donde casi no pude descansar, las diferencias horarias me obligaban a trabajar en horarios muy inhabituales”.
A su vez acotó: ”Desde la organización nos indicaron que debíamos abordar un texto teatral de las décadas del ’20 y del ’30. Decidí proponerles un texto de un dramaturgo argentino llamado Roberto Artl, y la obra de un solo acto que elegí fue ‘La Isla Desierta’. Un texto que, a pesar de estar escrito hace más de 80 años, tiene muchas resonancias con la realidad. Se trata de un grupo de oficinistas que trabajan hace muchos años en una empresa, y pasan de trabajar del sótano al piso 10 del edificio, viendo así como entran y salen los barcos del puerto. Quise que no se aten al texto y que construyan la escena desde improvisaciones, secuencias físicas y estímulos sonoros y espaciales; que todo surja desde los actores y las actrices. Hubo mucho juego, disfrute e intensidades por parte de ellos; a pesar de estar separados y mediados por la virtualidad le pusieron la mejor onda al proceso, con fallas de conexión que logramos pilotear sin problemas. El texto de Artl atravesó muchos procesos de mutación, tuve que traducirlo al inglés y luego allá se lo apropiaron y lo tradujeron al ruso. Así como también fue mutando nuestra comunicación, que fluctuaba de un idioma a otro constantemente, pero encontrando, poco a poco, códigos en común que nos ayudaban a seguir con la construcción de la escena”.
”En cuanto a aprendizaje, creo que todo fue un descubrimiento. Mi primera vez dirigiendo a estudiantes de otra cultura y a distancia. Creo que fue algo recíproco, ellos aprendieron lo que les proponía desde la dirección, como yo de ellos. Pude observar un fuerte atravesamiento de la tradición teatral rusa en sus cuerpos, tenían una enorme capacidad resolutiva y cuerpos muy predispuestos. Me contaban que practicaban acrobacia, danza, esgrima, entre otras actividades muy físicas, así como también tenían una gran admiración para con Stanislavski, Chejov y otras grandes figuras de la tradición rusa. El vínculo que se generó fue muy interesante, aprendí que los cuerpos hablan solos y que a veces las palabras sobran”, completó.
Por su parte, Padilla nos dijo: ‘’Hubo varias cosas en este choque cultural; primero, me parece muy interesante, aprendí mucho de los estudiantes, aprendí que tienen una predisposición absoluta con alguien de afuera, mucho respeto, brindados al trabajo. Además, es para destacar la unión grupal que tenían ellos, se protegen entre ellos, trabajan desde esa unión, desde el compartir, un trabajo casi familiar en equipo que me gustó’’. ‘’Estaría muy bueno que la Universidad aporte en los futuros profesores en la unión, que no se trate de destacar cada uno de manera individual, sino que haya una mirada de equipo, de unidad’’, continuó.
Además, resaltó: ‘’Me impactó de gran manera la figura institucional, donde los chicos tienen para estudiar, hay muy buena predisposición de la gente que trabaja desde docentes, secretarias, hasta personal de limpieza. La universidad hace todo lo posible para brindar al estudiante la mayor cantidad de recursos para que se potencie como artista, que tenga ganas de estudiar, de ir a la institución y participar’’. ‘’También los docentes tienen como una figura paternal / maternal, que se preocupan por el crecimiento del estudiante, que se preocupan porque el estudiante entienda, aporte, hay una generosidad a la hora de brindar los aprendizajes, eso me encantó’’, siguió.
Para finalizar expresó: ‘’En Latinoamérica, en Argentina, en Tucumán hay mucha competitividad a un nivel capitalista de competir con el otro, con mi compañero, con mi amigo, con el que tengo al lado, con el que conozco, y con el que no conozco. Acá es diferente por la cultura; la formación institucional que apunta a no competir con el que tengo al lado, sino potenciar qué es lo que tengo yo para mejorar el trabajo de mi compañero, y qué es lo que tiene mi compañero para potenciarme. Se pone mucho énfasis en la unidad’’.
Fuente: Medios UNT
