Caro compañera, Caro niña eterna de un sueño alto. Caro de la lucha por los más vulnerables. Te llevan de viaje, seguro otras causas, otro plan. Por ahí donde la agudeza de lo necesario ostente un imposible, seguro vas a estar creando el paso, abriendo un camino.
Caro artista quebrada, sólo quisiste abrirnos la sospecha de lo que vos veías. Con un conocimiento duro y un poder indecible de licuar materia con visceralidad, la inmediatez prendida fuego en los recuerdos de tu vida, que acaso ya sabía arder.
En tu despedida injusta, sólo contamos con la fuerza de un sentimiento, el solidario. Que pudo ser otra escuela para quienes te acompañaban, la escuela de abrir puertas imposibles, la de romper olvidos.
Te vas, y te quedás en el espíritu de quienes siguen la batalla cotidiana. Proyectos y banderas fueron sólo la excusa. Y aunque “la utopía nos sirva sólo para seguir caminando” como te gustaba repetir, tu causa era la historia que nos pasa. Y tu historia en la memoria hoy, de otras memorias, se anima a descansar el regreso. Vas a estar aquí. Sabemos quiénes te conocimos compañera, dónde vas estar cada vez, en la flor y en la esperanza.
Hasta siempre, luche, agite, buen viaje compañera Carito Pereyra.
Antonella Aparicio
